miércoles, 14 de febrero de 2007

Losing my mind. Stephen Sondheim.

 

3 comentarios:

Anónimo dijo...

perder la cabeza...fragmentación del cuerpo. Sin cabeza, sin poder razonar...¿se queda sólo con el corazón?
Y retomo....velas y timón. Juntos, en armonía...Ni mucho de uno, ni demasiado del otro...
Yo me estoy preguntando quién o quiénes de mis ancestros habrán perdido la cabeza...para ser como soy....y en esa búsqueda algo encontré. Te lo envío por mail. Está en forma gráfica.
Un beso....sigamos buscando....

JoP dijo...

Me resulta trementamente asombroso que con un tema musical se pueda decir tanto. Y que esa conjunción de letra y música adquiera semejante potencia expresiva.
Perder la cabeza: por la obsesión de amor y por el engaño. Por resistirse a las pérdidas.
El estatuto que adquiere la verdad, como reconociemiento de lo que hay, de lo que está, de lo que no hay y de lo que se perdió.
No poder hacer otra cosa en todo el día que pensar en alguien, incluso en cada acto simple y banal del día.

Te preguntas por la "pérdida de la cabeza" cuando a mí, en algún momento, fue la cabeza la que me salvó. Hoy, con aquellas modalidades tan arcaicas, ya no me salva de nada.
Pero estoy aquí, llegué hasta aquí, gracias a que más allá del enorme marasmo emocional, hubo un timón fuerte.
¿Será que cada uno soporta lo que puede soportar?
............

Beso...

Anónimo dijo...

Me apasiona todo esto...me apasiona el haber transitado un cambio. Salir de la estructura analítica de los balances, para permitirme sentir.
Sin embargo, hoy, siento que mi cabeza está. Pero domina más el corazón por el momento.
Y seguramente, como bien lo expresás: "nadie soporta más peso que el que pueda llevar".