sábado, 11 de agosto de 2007

Juntos. JOP.



Estaban juntos desde siempre; ya no recordaban desde cuando. Todo había sucedido tan rápido y tan fugaz a la vez que no tenían percepción del paso del tiempo. Tampoco tenían idea de cómo había sucedido. Pero ya no importaba. Estaban juntos y eso era lo substancial.
Desde el comienzo y sin saberlo tejieron una historia que se enhebraba sigilosa pero tenaz en la trama de la vida y aunque aquel hecho fuera intrascendente sumergido en la colosal temporalidad del Cosmos, dejaba una huella, minúscula e imperceptible pero que de algún modo modificaba el sigiloso tránsito del universo.
No habían habido interrogantes ni dudas ni cuestionamientos, todo sucedió de modo imprevisible, impensado y a la vez tenaz. Eso lo hacía genuino y único. Claro y preciso como la salida del sol.
Por eso sabían que todo adquiría un valor singular y superior al mismo tiempo. Ni mejor ni peor que todo, sino único y diferente.
Estaban juntos desde siempre porque ya no recordaban cómo había comenzado todo. Porque aquello había sido veloz y espontáneo sin dudas ni cuestionamientos y dejaba huella en algún descomunal intersticio del Universo.
No importaba ya cómo ni cuándo, sólo que contaban el uno con el otro y estaban juntos.


1 comentario:

Anónimo dijo...

"No importaba ya cómo ni cuándo, sólo que contaban el uno con el otro y estaban juntos".
Este final me impactó. Poder afirmar Cuenta conmigo, Cuento contigo, a mí me hace sentir de un modo casi indescriptible en palabras. La emoción lo supera cuando ese contar con el otro es de corazón a corazón.
Y la imagen de las grúas unidas al relato me hacen sentir al texto como de una fortaleza casi indestructible.