lunes, 6 de julio de 2009

Me tiraste un limón...


Me tiraste un limón, y tan amargo,
con una mano cálida y tan pura,
que no menoscabó su arquitectura
y probé su amargura, sin embargo.

Con el golpe amarillo, de un letargo
dulce pasó a una ansiosa calentura
mi sangre, que sintió la mordedura
de una punta de seno duro y largo.

Pero al mirarte y verte la sonrisa
que te produjo el limonado hecho,
a mi voraz malicia tan ajena,

se me durmió la sangre en la camisa,
y se volvió el poroso y áureo pecho
una picuda y deslumbrante pena.

Miguel Hernández
Foto: Petitapetitesa.

1 comentario:

Angeles dijo...

….jajaja…jajaja…jajaja…Si no lo quieres, devuélvemelo….


Un beso (…jajaja…)