domingo, 27 de mayo de 2012

El nombre de la rosa



Guillermo de Baskerville: Oh, cielos...
Adso: ¿Por qué "oh cielos"?
Guillermo de Baskerville: Estás enamorado.
Adso: ¿Y eso es malo?
Guillermo de Baskerville: Para un fraile representa ciertos problemas.
Adso: ¿Pero no es cierto que santo Tomás ensalza el amor sobre todas las demás virtudes?
Guillermo de Baskerville: Sí, el amor a Dios, Adso. El amor a Dios.
Adso: ¿Y el amor... a una... mujer?
Guillermo de Baskerville: De mujeres Tomás de Aquino sabía bastante poco. Pero las escrituras son muy claras, los proverbios nos advierten que la mujer se apodera de la preciosa alma del hombre y el esclesiastés nos dice: "Más amarga que la muerte es la mujer"
Adso: Sí, pero... ¿qué opináis vos, maestro?
Guillermo de Baskerville: Bueno, claro está que no gozo del beneficio de tu experiencia, pero me cuesta convencerme a mí mismo que Dios haya introducido a un ser tan inmundo en la creación sin haberle dotado de alguna virtud. Qué pacífica sería la vida sin amor, Adso. Qué segura y tranquila. Y qué insulsa.