sábado, 25 de octubre de 2008

This time the dream's on me. Continuación. Por Petitapetitesa


Dejó caer la mano sobre el papel y con gesto de abatimiento se levantó de la mesa y comenzó a recorrer la habitación.
Justo enfrente, al otro lado del salón Juan lo observaba, no pudo evitar pensar cuantas veces le ocurría eso mismo últimamente, cuando le pareció que llevaba dadas suficientes vueltas al salón le dijo:
-Quieres tranquilizarte, pareces una fiera enjaulada. No solucionarás nada de esa forma.
-¡Entonces dime tu el remedio!-, le espeto él, -¡Si eres tan inteligente sabrás qué debo hacer!-
Juan fue hacia él con una copa de vino que tenía preparada desde hacia rato en previsión de que ocurriría, lo que de hecho estaba ocurriendo.
-Ven, siéntate y hablemos, ¿Dime cuál es el problema?
-El problema es el de siempre, estoy bloqueado, no tengo ni zorra idea de cómo acabar la historia.
Revolvió entre los papeles que tenía en la mesa y eligiendo varios folios entre una pila comenzó a leer.
(…)
“-¿Estas bien?, -preguntó Daniel, mientras agarraba su mano con ternura-.
Como si el mundo hubiera sido arrasado por un enorme silencio, todo enmudeció.
-¡No!”

-¡Y aquí, justo aquí, me bloquee! ¡Y bien, señor que todo lo sabe!, ¿Qué se supone que debo hacer ahora?
Juan le mira y sonríe, -Déjales que decidan ellos- le contesta sin dejar de sonreír, -Son adultos y capaces de tomar decisiones propias.
-¿Se puede saber de que mierda estas hablando? ¿Estas borracho? ¿Esas son tus soluciones mágicas?- grita mientras agita delante de él los folios.
Juan ha dejado de sonreír. Se levanta con la intención de marcharse, pero de repente se da la vuelta se aproxima a la mesa donde esta esparcido el trabajo de las últimas semanas del hombre que ama y le grita enfadado:
-¡Si te olvidaras de tus putos prejuicios a la hora de escribir, esto no pasaría! Ni te encontrarías en el estado tan calamitoso en el que estas, ni estaríamos hora mismo discutiendo, ¿Quieres soluciones mágicas? Pues yo te las daré.
Juan sale de la habitación dando un portazo y le deja en un estado de abatimiento mayor que en el que se encontraba cuando dejó de escribir, -Puta novela, puto liante, puta mierda todo…- murmura el escritor.
Al cabo de unos minutos Juan aparece, lleva en la mano un cuadernillo viejo, con las tapas rotas y amarillas que denotan el paso del tiempo, se dirige al sillón donde el escritor se encuentra y le tiende el cuaderno.
-Toma- le dice- Tus soluciones mágicas.
-¿Qué demonios es esto?- Contesta.
-¿No lo reconoces? Le contesta Juan, -Son tus primeros prejuicios, ¿te has olvidado de ellos?
El escritor abre el cuadernillo y lee.
“Se encontraron como siempre cuando la luz emitía su ultimo estertor y ya solo los gatos quedaban de espectadores en la noche, una noche aquella, donde la luna parecía hacerse cómplice de los dos amantes, escondiéndose tras las oscuras nubes y dejándose tan solo intuir en la noche…”
¡Claro que se acordaba, como lo iba a olvidar!, una pequeña publicación se había interesado por sus escritos y le había encargado un cuento para el próximo número a editar; trabajó día y noche; era lo mejor que había escrito nunca, incluso mucho mejor que la historia que le estaba volviendo loco en estos momentos, fue como vaciarse en el papel, darse la vuelta de dentro afuera y derramarlo todo sobre los folios, sonrió. Juan le había dicho entonces que aquel cuento parecía la eyaculación de un amante llegando al límite del orgasmo.
Y entonces le entró el pánico, no podía entregar ese cuento, lo tacharían de pornografía, ¡Dos hombres amándose con esa pasión!, era impensable que le publicasen la historia, una cosa era vivir con otro hombre y hacerse pasar por amigos delante de los demás, pero el cuento los delataría, estaba convencido.
No quiso arriesgar, pensó que su deseo de publicar era más importante que un cuento, que el riesgo no valía la pena; desechó el relato y escribió otro más acorde con lo que creía era el gusto del público. El nuevo cuento fue un éxito, y sin duda aquello fue el comienzo de una exitosa carrera.
Miró a Juan y le pregunto -¿De donde ha salido esto?
-Lo guardé, es lo mejor que has escrito nunca y estaba seguro que un día tendrías que enfrentarte con tus propios prejuicios, y ese día lo necesitarías- cogió el cuadernillo de las manos del escritor y le preguntó -¿Recuerdas el nombre de los personajes de esta historia? Son los mismos que los que tienen ahora tus nuevas criaturas, ¿No te parece demasiada coincidencia? Hace años tus prejuicios los convirtieron en algo vergonzoso, ahora te están pidiendo un nueva oportunidad, no los defraudes, déjales vivir, déjales equivocarse, que se tengan que enfrentar a sus propios miedos y no a los tuyos.
Foto: JOP.

No hay comentarios.: