Súper rescate estatal: Un negocio "privado" de los bancos que controlan la Reserva Federal.
No obstante la operación "tranquilizante" lanzada por el Gobierno Federal y el Congreso de EEUU el fin de semana, el plan de rescate financiero de Bush naufragó en la Cámara de Representantes de la mano de los demócratas y del rechazo de la enorme mayoría de republicanos.1 Wall Street sufrió un hundimiento histórico y las bolsas mundiales volvieron a derrumbarse en un nuevo "lunes negro" que hizo temblar al sistema financiero globalizado. En medio de la conmoción internacional Bush convocó de urgencia a sus asesores y se abrió un peligroso frente de crisis en Europa con la caída de tres entidades privadas europeas. Dos absorbidas por los respectivos Estados y otro, un banco inglés, comprado por el español Santander.2
El domingo, para evitar un nuevo desplome de los mercados, los legisladores estadounidenses luego de intensas negociaciones habían anunciado un acuerdo para aprobar el plan de salvataje. No obstante, los legisladores votaron en contra por miedo "a verse arrastrados" por la Casa Blanca y quieren establecer algún mecanismo que les dé cierto control sobre el destino de los fondos en juego.3
El hundimiento del proyecto es un gigantesco revés para el gobierno Bush y específicamente para el Departamento del Tesoro, así como para los legisladores que trabajaron en él la semana pasada.4
El tema de los U$S 700.000 millones en discusión del "súper rescate" emprendido por la Casa Blanca y el Tesoro, se trata de una macro operación financiera en la cual los bancos (privados) que integran el Sistema de la Reserva Federal prestarán ese dinero al Estado norteamericano a tasas de interés vigentes.
Ese interés (esa es la trampa fraudulenta) será pagado con dinero de los impuestos públicos (el dinero de toda la ciudadanía) en una maniobra que transforma la deuda privada en deuda pública.
Con un dato: Los intereses del macro préstamo (equivalente a casi un cuarto del presupuesto anual de EEUU), no lo fijan el Gobierno Federal ni el Congreso de EEUU, sino la Reserva Federal actualmente controlada por el Sistema de bancos privados.
Esto indica claramente que el Estado norteamericano, desde el punto de vista económico-financiero, es "nacional" en la recaudación de impuestos públicos (aportados por el conjunto de la población), y "privado" en la utilización, control y regulación de esos fondos públicos propiedad del pueblo estadounidense en su conjunto.
Este concepto es central para entender la manipulación deformadora (oficial y privada) que se hace cuando se presenta el "mega-salvataje" como exclusivamente "estatal".
En este caso, el Estado norteamericano y sus instituciones (Congreso, Tesoro, etc.) sólo actúan como "reguladores políticos" de un préstamo entre instituciones privadas (la banca quebrada y los bancos privados del Sistema de la Reserva Federal que le prestan el dinero al Estado norteamericano).
De manera tal, que el "mega-rescate estatal" no es otra cosa que un monumental desfalco al pueblo norteamericano (que aporta el monto del "saneamiento" y paga los intereses a través de los impuestos) y un fabuloso y multimillonario negocio de un sector de la banca privada (el Sistema de la Reserva Federal) que se vale del Estado norteamericano para hacer negocios con el sector más rentable de las crisis: Los préstamos a las entidades quebradas.
Esto implica que, con garantía del Estado norteamericano, el conjunto de bancos privados que conforman la Reserva Federal actuarán en la práctica (y dentro del esquema funcional del "súper rescate" emprendido por el Gobierno federal) como una supra-entidad prestataria que manejará un fondo billonario orientado a hacer negocios (también billonarios) con los cadáveres dejados por el colapso financiero en EEUU con dinero de la recaudación fiscal.
Y aquí volvemos al axioma central:
Las "crisis" del sistema capitalista (que aprovecha tanto las "burbujas" como las "crisis" para generar rentabilidad y concentración del capital) permiten la consolidación de un puñado de conglomerados financieros "ganadores" de la crisis que se degluten a las instituciones quebradas mediante compras o fusiones forzadas.
En este caso, y a la sombra del Estado norteamericano, el conglomerado financiero privado que controla la Reserva Federal está a punto de consumar un desfalco billonario con los impuestos públicos (el dinero de los contribuyentes quienes aportarán el capital y los intereses del "mega-rescate") que hará que el costo de la crisis bancaria privada sea pagado por todo el pueblo norteamericano.
Pero el negocio no termina ahí: Según analistas y medios especializados en Wall Street, los U$S 700.000 millones solo cubren una parte de la operación para "sanear" el sistema financiero estadounidense.
A la larga o la corta, si quiere cortar el colapso financiero de raíz, señalan especialistas en Wall Street, el Estado norteamericano tendrá que auxiliar a la totalidad de las entidades quebradas para restaurar la "liquidez faltante" (robada por las "burbuja" especulativa) y normalizar la actividad del sistema financiero.
Se estima que la cifra final de la operación puede rondar los U$S 5 billones (cerca de dos presupuestos anuales de EEUU) para rescatar todos los títulos de derivados "tóxicos".
Se calcula que la debacle inmobiliaria dejó en circulación préstamos hipotecarios sin respaldo por más U$S 1 billón, al que se agregarían más de U$S 2 billones en hipotecas a propietarios de vivienda privados, y U$S 1,6 billones en hipotecas a empresas que operan en el mercado.
Esto da una idea de las cifras que hoy rondan por la cabeza de los miembros del Congreso y del Gobierno estadounidense que deben poner en marcha el que probablemente se convierta en el mayor desfalco financiero de todos los tiempos con el Estado imperial como herramienta de ejecución.
Y con la población estadounidense como la "gran pagadora" de la crisis post fiesta capitalista privada.
En una carta abierta, Michael Moore denuncia un "golpe" detrás del plan de salvataje.
No obstante la operación "tranquilizante" lanzada por el Gobierno Federal y el Congreso de EEUU el fin de semana, el plan de rescate financiero de Bush naufragó en la Cámara de Representantes de la mano de los demócratas y del rechazo de la enorme mayoría de republicanos.1 Wall Street sufrió un hundimiento histórico y las bolsas mundiales volvieron a derrumbarse en un nuevo "lunes negro" que hizo temblar al sistema financiero globalizado. En medio de la conmoción internacional Bush convocó de urgencia a sus asesores y se abrió un peligroso frente de crisis en Europa con la caída de tres entidades privadas europeas. Dos absorbidas por los respectivos Estados y otro, un banco inglés, comprado por el español Santander.2
El domingo, para evitar un nuevo desplome de los mercados, los legisladores estadounidenses luego de intensas negociaciones habían anunciado un acuerdo para aprobar el plan de salvataje. No obstante, los legisladores votaron en contra por miedo "a verse arrastrados" por la Casa Blanca y quieren establecer algún mecanismo que les dé cierto control sobre el destino de los fondos en juego.3
El hundimiento del proyecto es un gigantesco revés para el gobierno Bush y específicamente para el Departamento del Tesoro, así como para los legisladores que trabajaron en él la semana pasada.4
El tema de los U$S 700.000 millones en discusión del "súper rescate" emprendido por la Casa Blanca y el Tesoro, se trata de una macro operación financiera en la cual los bancos (privados) que integran el Sistema de la Reserva Federal prestarán ese dinero al Estado norteamericano a tasas de interés vigentes.
Ese interés (esa es la trampa fraudulenta) será pagado con dinero de los impuestos públicos (el dinero de toda la ciudadanía) en una maniobra que transforma la deuda privada en deuda pública.
Con un dato: Los intereses del macro préstamo (equivalente a casi un cuarto del presupuesto anual de EEUU), no lo fijan el Gobierno Federal ni el Congreso de EEUU, sino la Reserva Federal actualmente controlada por el Sistema de bancos privados.
Esto indica claramente que el Estado norteamericano, desde el punto de vista económico-financiero, es "nacional" en la recaudación de impuestos públicos (aportados por el conjunto de la población), y "privado" en la utilización, control y regulación de esos fondos públicos propiedad del pueblo estadounidense en su conjunto.
Este concepto es central para entender la manipulación deformadora (oficial y privada) que se hace cuando se presenta el "mega-salvataje" como exclusivamente "estatal".
En este caso, el Estado norteamericano y sus instituciones (Congreso, Tesoro, etc.) sólo actúan como "reguladores políticos" de un préstamo entre instituciones privadas (la banca quebrada y los bancos privados del Sistema de la Reserva Federal que le prestan el dinero al Estado norteamericano).
De manera tal, que el "mega-rescate estatal" no es otra cosa que un monumental desfalco al pueblo norteamericano (que aporta el monto del "saneamiento" y paga los intereses a través de los impuestos) y un fabuloso y multimillonario negocio de un sector de la banca privada (el Sistema de la Reserva Federal) que se vale del Estado norteamericano para hacer negocios con el sector más rentable de las crisis: Los préstamos a las entidades quebradas.
Esto implica que, con garantía del Estado norteamericano, el conjunto de bancos privados que conforman la Reserva Federal actuarán en la práctica (y dentro del esquema funcional del "súper rescate" emprendido por el Gobierno federal) como una supra-entidad prestataria que manejará un fondo billonario orientado a hacer negocios (también billonarios) con los cadáveres dejados por el colapso financiero en EEUU con dinero de la recaudación fiscal.
Y aquí volvemos al axioma central:
Las "crisis" del sistema capitalista (que aprovecha tanto las "burbujas" como las "crisis" para generar rentabilidad y concentración del capital) permiten la consolidación de un puñado de conglomerados financieros "ganadores" de la crisis que se degluten a las instituciones quebradas mediante compras o fusiones forzadas.
En este caso, y a la sombra del Estado norteamericano, el conglomerado financiero privado que controla la Reserva Federal está a punto de consumar un desfalco billonario con los impuestos públicos (el dinero de los contribuyentes quienes aportarán el capital y los intereses del "mega-rescate") que hará que el costo de la crisis bancaria privada sea pagado por todo el pueblo norteamericano.
Pero el negocio no termina ahí: Según analistas y medios especializados en Wall Street, los U$S 700.000 millones solo cubren una parte de la operación para "sanear" el sistema financiero estadounidense.
A la larga o la corta, si quiere cortar el colapso financiero de raíz, señalan especialistas en Wall Street, el Estado norteamericano tendrá que auxiliar a la totalidad de las entidades quebradas para restaurar la "liquidez faltante" (robada por las "burbuja" especulativa) y normalizar la actividad del sistema financiero.
Se estima que la cifra final de la operación puede rondar los U$S 5 billones (cerca de dos presupuestos anuales de EEUU) para rescatar todos los títulos de derivados "tóxicos".
Se calcula que la debacle inmobiliaria dejó en circulación préstamos hipotecarios sin respaldo por más U$S 1 billón, al que se agregarían más de U$S 2 billones en hipotecas a propietarios de vivienda privados, y U$S 1,6 billones en hipotecas a empresas que operan en el mercado.
Esto da una idea de las cifras que hoy rondan por la cabeza de los miembros del Congreso y del Gobierno estadounidense que deben poner en marcha el que probablemente se convierta en el mayor desfalco financiero de todos los tiempos con el Estado imperial como herramienta de ejecución.
Y con la población estadounidense como la "gran pagadora" de la crisis post fiesta capitalista privada.
En una carta abierta, Michael Moore denuncia un "golpe" detrás del plan de salvataje.
http://www.michaelmoore.com/words/message/index.php?messageDate=2008-09-29
Moore dice que aunque en esta oportunidad no se estén usando armas, están tomando de rehenes a 300 millones de personas, en referencia a la población estadounidense. Y advierte que pese a lo que digan, o a las palabras atemorizadoras que utilicen, su único objetivo es mantener y acrecentar su fortuna.
El cineasta afirma que lo más grave de toda la situación en torno a la crisis, es que nadie sabe realmente de qué se trata ni cuán profunda es. "Si hasta el secretario de Tesoro Paulson admitió que no sabe cuánta plata se necesita (¡se le cruzó por la cabeza la cifra de US$ 700 mil millones!)".
Con ironía, Moore dice que pese a los mensajes que buscan generar pánico y que vaticinan que el fin está cerca, "nada en el plan de rescate hará que baje el precio del combustible que le tenés que poner a tu auto. Nada te va a proteger de perder tu casa. Ni te dará seguro de salud".
Moore dice que aunque en esta oportunidad no se estén usando armas, están tomando de rehenes a 300 millones de personas, en referencia a la población estadounidense. Y advierte que pese a lo que digan, o a las palabras atemorizadoras que utilicen, su único objetivo es mantener y acrecentar su fortuna.
El cineasta afirma que lo más grave de toda la situación en torno a la crisis, es que nadie sabe realmente de qué se trata ni cuán profunda es. "Si hasta el secretario de Tesoro Paulson admitió que no sabe cuánta plata se necesita (¡se le cruzó por la cabeza la cifra de US$ 700 mil millones!)".
Con ironía, Moore dice que pese a los mensajes que buscan generar pánico y que vaticinan que el fin está cerca, "nada en el plan de rescate hará que baje el precio del combustible que le tenés que poner a tu auto. Nada te va a proteger de perder tu casa. Ni te dará seguro de salud".
1.- El cuarenta por ciento de los democratas y dos de cada tres republicanos votaron en contra del proyecto de ley.
2.- Un dato interesante y no menor resulta ser que, en las recompras o fusiones, las operaciones se realizan entre bancos rivales.
3.- Hay elecciones legislativas cerca y la presión de la opinión pública, en donde la ley es impopular, se hizo sentir.
4.- La crisis política es tal, que algunos hasta hablan de vacío de poder.
6 comentarios:
sera utilizado el dinero que pagan los contribuyentes y que muchos de esos banqueros de una u otra forma evaden, pero ahora son su salvaguarda y como siempre terminan afectados los menos pudientes que son la mayoria.
Te invito a pasar por mi sitio para que celebremos la vida
Y te obsequio el documento que así acredita este brindis.!!!
Por poco correcto y útil que parezca, cuando pienso en esos tipos del dinero y del miedo, solo puedo pensar y decir: ¡Que se jodan! ¡Que se jodan!, que nosotros ya nos jodemos todos los días.
Y después de despacharme a gusto te mando besos.
Por cierto, la categoría de este post esta en “Relatos” no se te olvido añadir de “Terror”
Bienvenido PP y es así. Parece un cículo vicioso. Ellos evaden y se llevan el dinero que ponen otros. Un negocio redondo. Y si, los perjudicados los excluidos del poder.
Gracias Susuru.
Petit: Ese me parece que es el sentimiento de la gente común en EEUU. Porque saben que no participaron de la fiesta y ahora se las hacen pagar con el argumento del derrumbe.
Tenés razón, tendría que haberlo incluído en el género que decis.
Besos y gracias por despacharte a gusto.
Hola Jop.
Gracias por acercar un punto de vista diferente a la información general que llega sobre este tema.
No hay dudas que también, parte de esto tiene que ver con el condicionamiento a los "medios".
De allí la importancia de aportes independientes como este.
Un abrazo.
Omar
Hola OmarG: Gracias a vos y gracias por tomarte el tiempo de la lectura.
Un abrazo.
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