Hace exactamente cuatro años nacía este blog. Un espacio que, en un principio, no tuvo una orientación determinada ni un horizonte definido y surgió con el único ánimo de probar, compartir y fundamentalmente, aprender en este mundo de lo virtual.
Allí nacieron en compañía de quien fuera una asidua seguidora y compañera de muchos intercambios, estas ideas que fueron volcándose a través del paso del tiempo sin otro ánimo que el de expresar y explorar lo que, en determinadas circunstancias, manifestaban de algún modo, solapado o explícito -según el caso-, los pensamientos, emociones y estados de ánimo motivados por las circunstancias que se perfilaron a lo largo de todo este tiempo y hacían a los hechos de todos los días.
Visto en perspectiva, a través de su existencia, como un organismo vital, el decurso temporal fue modificando levemente la estética y tomando cuerpo el sentido de este espacio creado para compartir con quien, de un modo u otro, llegara a esta "casa" como gusta decir a una visitante permanente y habitual.
Hoy, después de cuatro años, las visitas -según el contador incrustado en el sitio- se han hecho bastante más esporádicas como lo son también las publicaciones. Es que una idea fue directriz básica desde el comienzo: Este espacio no iba a sucumbir a la lógica del consumo. Si mantener la atención y el entusiasmo de los lectores implicaba la publicación sistemática de cosas para sostener el interés, entonces este espacio perdería su verdadero sentido que era compartir aquello que no responde a las circunstancias históricas y las vicisitudes y si, por momentos, pareciera que responden a ellas, no dejan de ser una expresión superficial de aspectos que, en definitiva, emergen camuflados, pero que responden a la repetición de aquello que nos constituye en la profunda naturaleza de lo que nos funda.
Por eso este breve texto a modo de celebración, por el paso del tiempo y la permanencia, pero básicamente por la perenne substancia de las ideas básicas que dieron existencia a este lugar. Incluyendo como no puede ser de otro modo, claro, un enorme agradecimiento a aquellos que han pasado por aquí y han dejado su impronta invaluable y enriquecedora que, por mínima que pareciere, siempre contribuyó al surgimiento y desarrollo de ideas nuevas en el recurrente devenir de lo idéntico.
JOP
28/11/2010
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