sábado, 7 de agosto de 2010

Raconto sin reproches... JoP


Cuando aquella mañana se ocultó con el sólo propósito de evitar el escarnio habitual, tuvo la sensación de pertenencia que había estado buscando. Aquello no era producto del pudor sino del legítimo derecho de sentir que aún estaba vivo; de que merecía la oportunidad de que alguien le procurara un abrazo o simplemente lo observara con verdadera intención.
Siempre había caminado solo porque tenía la constante certidumbre de que nadie quería ocuparse de él con honestidad o estuviera realmente dispuesto a procurarle cariño y cuidado. Había aprendido a darse palmadas en la espalda, a sosegarse y a proporcionarse calor cuando fuese necesario.
A los ojos de los demás, aparecía autónomo e invulnerable, aunque nada de eso estuviera más alejado de lo que era su verdadera naturaleza. Tenía tanto miedo al abandono que alguna vez decidió no apegarse a nadie y mucho después esa actitud se convirtió en una cualidad que parecía innata cuando, en realidad, había resultado una adquisición temprana; una elección de la que ya no tenía conciencia ni de la que pudiera dar cuenta.
Tal vez a los ojos del lector el breve repaso de estos aspectos más ásperos de su personalidad suenen a reproche y aunque pueda parecerlo, son el resultado de un proceso totalmente diferente. Es que el paso del tiempo mejora mucho la perspectiva de la mirada, razón por la cual todo lo que se rememora no puede tener tal matiz si lo que se extrae de ello es analizado con el tamiz del humor.
Haber sido hijo del desamor de una pareja acarrea la ventaja de conocer de antemano que no se vino a este mundo a reclamar el afecto que cualquiera podría demandar y, en consecuencia, tampoco se viene a ofrecer aquello de lo que se carece. Todo lo que se puede ofrecer en esas condiciones es aprendido, por lo tanto goza del beneficio del ensayo y el error.

2 comentarios:

Angeles dijo...

Tengo un par de cosas que decir sobre tu post, dos un poco malas, (Solo un poco) varias buenas y algunas que necesitarían de un intercambio de puntos de vista. Te preguntaría que, que quieres que te comente primero, las malas, las buenas, o las regulares, pero como es tarea imposible te diré primero las malas; la primera es, que a pesar de gustarme la imagen, enseña poco, (Me gustan los hombres desnudo, y no tengo ninguna ocasión de fotografiarlos, y si tu sí, me parece muy mal que te limites a la casta espalda) segundo, a causa de mi avanzada edad, utilizo gafas para leer y ese rojo del texto hace que las letras me bailen; y ahora las buenas, si el tipo del post ha conseguido perdonarse a sí mismo por sus limitaciones afectivas, creo que no lo tiene todo perdido, eso hace que no me parezca un post desesperanzador, sino todo lo contrario.
En cuanto a las que necesitarían de un intercambio de puntos de vista, mi opinión, es que el afecto no se aprende, nacemos con su impronta fijada en la piel, he independientemente de las circunstancias de cada uno y de la gestión que hace de ese gen resulta lo que resulta, y me vienen a la cabeza historias terribles pero ciertas de asesinos y torturadores que profesaban un inmenso amor por sus familias y amigos, o por el contrario, jóvenes que tuvieron todo el afecto del mundo y que acabaron como seres totalmente antisociales, pero por supuesto esto es solo una opinión.

Un beso (Y haber si para la próxima desnudas un poco más al modelo, que aunque sea invierno en Argentina existen estufas y otras cosas…Para entrar en calor…jajaja…
)
Más besos

Anónimo dijo...

Que bueno que ya es pasado, no?. Me parece que está bueno que se hay dejado llevar y haya confiado en alguien, y se haya permitido sentirse querido.