Han muerto en el jardín siete azucenas
y siete rosas abren sus pétalos de sangre.
Los jazmines anuncian estelas efímeras
entre enmarañados tréboles y campanitas azules.
Han muerto en el jardín siete días de aquel estío
y siete años de esperanza cayeron en el olvido.
Los colibríes anuncian andanadas invisibles
entre tallos, pistilos y nervaduras claras.
Han muerto esta mañana siete palabras
y siete oraciones trepan sin ímpetu ni sosobra.
Los estambres aguardan ansiosos el milagro
en los intersticios del bullicio invisible del ritual eterno.
Han muerto en el jardín la espera gris
y siete mil estrellas se abren a través de la nubes.
Los heraldos infinitos regresan en septiembre
acorralados por misterios y neblinas pasadas.
Han muerto... y...
2 comentarios:
qué armonía y sabiduría encierra el poema con la mención del nro. siete. Siete son las Marav. del Mundo, Siete los días de la semana, etc. etc.....número de la perfección para los hebreos, en el poema ocupa un lugar de valor.
Me gustó.
Me encantó, no esta porquería de acá, si no lo que querías que leyera del rebaño. Y adhiero mi firma a la frase de la muerte.
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